Atrás quedaban las horas muertas programando y haciendo pruebas con mi G1, me costó mucho decidirme a compararme otro teléfono sobre todo por el cariño y la de cosas que habíamos vivido juntos, pero mi G1 se quedaba obsoleto y no me servía para trabajar, la dificultad de actulizarlo y las falta de una versión oficial hicieron que me convenciera para comprarme un teléfono nuevo.
Con lo bien que me había ido con mi teléfono de Google, estuve pensando seriamente volver a comprarme un teléfono apadrinado, el Nexus One, con su interfaz sin modificar y sus nuevos fondos dinámicos era la opción más atractiva, además de las actualizaciones a la última.
Entonces por un golpe del destino en mi trabajo empezaron a salir una serie de bugs en todos los programas que creábamos, los bugs venían de parte de un completo desconocido para mí, el HTC Desire. Y esque le había echado tanta espectación a la publicidad de Google que no me dí cuenta de que una gama entera de teléfonos superiores al Nexus One se encontraba en el mercado.
El HTC Desire tenía un bug de su primera versión de HTC Sense. Había un tipo de letra que a los de HTC se les había olvidado incorporar y cada vez que escogías esta en uno de los programas dejaba el texto en transparente... mala cosa.
Nadie me avisó hasta que era demasiado tarde, los clientes, a los que habíamos realizado ya varias entregas, no habían podido ver ninguna y en ningún momento fui avisado. Así que para resolver el problema que en aquel entonces desconocía, me arriesgué y compré ese teléfono que con tanto recelo entró a formar parte de mi vida, porque me la cambió la verdad. Ahora mismo no sé qué haría sin el GTalk, los widget para organizar, el GPS, el internet every where, ...
Más de un año y medio hace de aquello y las cosas han cambiado mucho, Android sigue dando guerra y por lo tanto trabajo y para hacer algunas pruebas necesito tener al menos dos móviles potentes con la versión 2.1 o superior, mi HTC Desire no se ha quedado para nada anticuado y le doy holgadamente de año y medio más de vida pero con el G1, incluso en la versión más alta de Android las pruebas de rendimiento dejan mucho que desear y los problemas cada vez son más que el cariño que poco a poco ha ido acogiendo el Desire (Por cierto todo el mundo le llama en femenino pero a mí me suena raro...).
Pero esta vez no me voy a conformar con el azar, que me ha dado un gran compañero de viaje, sino que voy a elegir mi destino y me voy a comprar un móvil con teclado, un móvil Android que me sirva al menos dos años y que tenga todo lo que necesito.
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